o más bien, Mía de la poesía...
"No conozco la guerra. Y tampoco la paz.
Me duele la orfandad, el desarraigo,
el sentirme extranjera en cualquier sitio..."
Me duele la orfandad, el desarraigo,
el sentirme extranjera en cualquier sitio..."
Me gusta la poesía casi como una forma de vida. No la concibo de otra forma… Migue
La poesía es la voz de los necesarios… Ron Ramón
Y también de las almas felices... Calebth Aguilar F
La primera vez que escuché hablar de ella, era yo un adulto recién graduado de secundaria y me aprestaba a empezar a estudiar lo que más me apasiona: letras. Migue
Yo en cambio la conoci en los años en que iba a los distintos espectáculos culturales que en otro tiempo se daban en el país, y la ultima, fue cuando la Casa Mexico quedaba donde hoy es el colegio Marista, ahí por la estación del ferrocarril; y siempre la he(mos) reconocido como una de nuestras primeras y unicas poetas… Ron Ramón
Creo que fue Edgardo Malvaéz, uno de mis profesores más queridos quién hace poco murió, quién me dio el poema que acompaña la esta introducción, cuarenta años después sigue siendo una sorpresa contundente cada vez; y como el mismo diría un hechizo cautivador… ¿Qué quieren? Como mi chica, esta también es una bruja muy particular C.A.F
Los nombres, nos identifican y nos dan un poder que no es casual sino causal; entonces Mía, /nombre femenino de origen Hebreo; diminutivo de María: la elegida, la amada por Dios, cuyo análisis numerológico, hecho por Merlín un viejo amigo de Del, cuya costumbre era hacer clarivendencias con los signos de los llamados escritores de renombre costarricense, nos habla de una naturaleza emotiva, diligente, y de cuidadosa originalidad, que adquiere intelectualidad; recibe autoridad amando lo posible y lo imposible por sentirse realizada y mejorada; consecuente de su naturaleza expresiva de calidad, comodidad y utilidad del atavío personal que, gustoso se prestará a mejorar la vida urbana y la familiar. Su amor por acompañar al ser amado: la poesía, en ella, talento natural, mente de pensamiento deductivo que se expresa como pensador independiente, con autoridad y lealtad, generalmente en actividades exclusivas, más dependiente de la intuición que dé la razón. Ama lo complejo y eleva lo que siente y lo que se presiente. Podría destacar en profesiones como científica, profesora, ocultista, escritora, horticultora, inventora, abogada, actriz, analista o líder religioso…/ Gallegos, -ga adj.
1 De Galicia (comunidad autónoma española): la comunidad gallega comprende las provincias de La Coruña, Lugo, Orense y Pontevedra. — s. m. y f./adj.
2 Persona que es de Galicia. — s. m./adj.
3 Lengua románica hablada en Galicia: el gallego se habla más en el ámbito rural que en las grandes poblaciones. — s. m. y f.
4 Amér. Español emigrado a América. (Diccionario Manual de la Lengua Española Vox. © 2007 Larousse Editorial, S.), Domínguez, patronímico del nombre propio Domingo, con el sufijo castellano "ez", que indica "hijo de". Del latín Dominicus: "día del Señor"; uno de los apellidos de mayor abolengo a nivel mundial, también es el representativo de una de las poetas vivas más imponentes del país.
Nacida poco después del cuarenta y ocho, en 1953, su obra debe ser forzosamente incluida dentro del canon del modernismo, más concretamente fluyente por su verso onírico y mistico, dentro del post-modernismo por su resistencia, capacidad de sobrevivencia ante un mundo hostil; pues no hay que ponerlo en tela de duda, en Costa Rica, con frecuencia las mujeres han sido relegadas al oscurantamiento que a veces nosotros los hombres nos manifestamos ante lo que nos supera en alguna forma…
La postmodernidad literaria entra a formar parte del mundo cultural después de 1945, no lo después del fracaso del Proyecto Modernista por renovar de una forma radical las formas del arte establecidas hasta aquel momento, es decir, las formas tradicionales o formales, siendo una disciplina difícilmente definible: al mismo tiempo una negación y una afirmación del paradigma modernista. Decimos esto puesto que mientras que reniega de las ideas implícitas en la literatura modernista, no tiene reparos en continuar con la experimentación en cuanto a estructura narrativa iniciada por los escritores modernistas; por tanto, parte del Vanguardismo, donde casi todos los significativos poeticos acusan en su texto y poesía acusan una conciencia social que los lleva a tomar posiciones frente al hombre y su destino.
Los nuevos temas, en relación con el lenguaje poético, estarán entonces relacionados con la revolución formal que hace alarde del versolibrismo, la desaparición de la anécdota, propuestas de temas como lo que algunos llaman la simultaneidad de puntos de vista,incorporando el ambiente a la acción que los hace indivisibles, por lo que va a existir "un vínculo estrecho entre el ambiente y los gustos de los personajes". Profundiza en el mundo interior de los personajes, pues trata de presentarlos a través de sus más escondidos estados del alma; pues en este tipo de literatura no interesa el tiempo cronológico, sino el tiempo anímico. Se toma en cuenta el aspecto presentacional, pues, se limita a sugerir para que el lector complete, el autor exige la presencia de un lector atento que vaya desentrañando los hechos oscuros que se presentan y armando inteligentemente las piezas.
Dentro de la corriente vanguardista se pueden tomar aquellos movimientos que surgen contra una corriente envejecida y proponen innovaciones radicales de contenido, lenguaje y actitud vital. Estos movimientos reciben el nombre de ismos. Anteriormente, vimos que las diferentes corrientes literarias costarricenses reportaron en su época mayores o menores aciertos en el area poetica, efectos “supuestamente” liberadores del lenguaje, la visión poética de las cosas y los hombres; afirmando de paso que liberaron la imaginación costarricense. Su carga de consecuencia alargó hasta el presente, las manifestaciones más variadas y en la curva de inserción de una gran variedad de nuevos contenidos, estableció un intervalo entre aquel ayer y el hoy, donde varias figuras de excepción absorbieron tanto las técnicas vanguardistas como las urgencias de realización política fueron creadores de un estilo personalismo, elevando al rango de clásicos de nuestro tiempo excluyendo todo lo demás
Coreografía
Para mí amigo Carlos Cortés
En fin
que no he vivido nada.
No sé qué cosa es una guerra
y tengo como prisión al cuerpo
y alma como campo de batalla.
Me debato entre la duda
de reflexionar o fluir;
esto es situarse en el palco de los espectadores,
o estar
en cada íntimo instante del milagro.
Vivo de pedacitos,
pero aspiro a la totalidad,
es decir a Mozart y al poema que me redima
y me revele los espacios absolutos
y la nada.
Percibo de mí
los sitios más secretos:
la culpa,
una tercera conciencia de las cosas,
la dualidad del pensamiento,
la ira pequeña
por lo que ya ocurrió.
Pero he vivido poco. Treinta años.
Dos amores de piel
y un querer abandonar
esta espera que me señala la vida.
Anhelo la anarquía,
el más tierno desorden del amor,
la cábala
los relojes de arena y una habitación sencilla.
Quiero tener un destino trazado de antemano,
encontrarme con Dios
y los abismos
y no tener conciencia de la llama.
Ser la llama misma y la aventura.
Pero vengo de soledades últimas,
de conversaciones que nunca concluyeron,
de espejos que me miraron desde la infancia hasta ahora,
de abandonados armarios de caoba que fueron
de tías o de abuelas remotísimas.
Cuán poco he vivido.
No conozco la guerra. Y tampoco la paz.
Me duele la orfandad,
el desarraigo,
el sentirme extranjera en cualquier sitio,
el no pertenecer
a una familia o a una patria.
Para mí amigo Carlos Cortés
En fin
que no he vivido nada.
No sé qué cosa es una guerra
y tengo como prisión al cuerpo
y alma como campo de batalla.
Me debato entre la duda
de reflexionar o fluir;
esto es situarse en el palco de los espectadores,
o estar
en cada íntimo instante del milagro.
Vivo de pedacitos,
pero aspiro a la totalidad,
es decir a Mozart y al poema que me redima
y me revele los espacios absolutos
y la nada.
Percibo de mí
los sitios más secretos:
la culpa,
una tercera conciencia de las cosas,
la dualidad del pensamiento,
la ira pequeña
por lo que ya ocurrió.
Pero he vivido poco. Treinta años.
Dos amores de piel
y un querer abandonar
esta espera que me señala la vida.
Anhelo la anarquía,
el más tierno desorden del amor,
la cábala
los relojes de arena y una habitación sencilla.
Quiero tener un destino trazado de antemano,
encontrarme con Dios
y los abismos
y no tener conciencia de la llama.
Ser la llama misma y la aventura.
Pero vengo de soledades últimas,
de conversaciones que nunca concluyeron,
de espejos que me miraron desde la infancia hasta ahora,
de abandonados armarios de caoba que fueron
de tías o de abuelas remotísimas.
Cuán poco he vivido.
No conozco la guerra. Y tampoco la paz.
Me duele la orfandad,
el desarraigo,
el sentirme extranjera en cualquier sitio,
el no pertenecer
a una familia o a una patria.
No puedo narrar una batalla;
ni hablar del hambre y de la peste,
ni escribir la canción de algún soldado herido,
ni hablar de mujer violada,
ni decir cómo es un cementerio después de una llovizna.
Pero anhelo decir en el poema
que la vida me conmueve,
que respiro mejor cuando me entrego,
que necesito amar de la manera más simple y primitiva.
Me gusta la paz y la defiendo
y la guerra cuando es justa,
y el sabor de las mandarinas cuando llega el verano,
que me gusta ser una y arraigarme en el cosmos,
y sentir que mi vida palpita al mismo tiempo que la vida,
aunque no haya vivido,
aunque mi hambre sea de infinito,
aunque no sepa expresar
que por alguna razón precisa estoy aquí,
a punto de vencer,
a punto de morir,
de vivir.
ni hablar del hambre y de la peste,
ni escribir la canción de algún soldado herido,
ni hablar de mujer violada,
ni decir cómo es un cementerio después de una llovizna.
Pero anhelo decir en el poema
que la vida me conmueve,
que respiro mejor cuando me entrego,
que necesito amar de la manera más simple y primitiva.
Me gusta la paz y la defiendo
y la guerra cuando es justa,
y el sabor de las mandarinas cuando llega el verano,
que me gusta ser una y arraigarme en el cosmos,
y sentir que mi vida palpita al mismo tiempo que la vida,
aunque no haya vivido,
aunque mi hambre sea de infinito,
aunque no sepa expresar
que por alguna razón precisa estoy aquí,
a punto de vencer,
a punto de morir,
de vivir.
La postmodernidad literaria entra a formar parte del mundo cultural después de 1945, poco después del fracaso del Proyecto Modernista por renovar de una forma radical las formas del arte establecidas hasta aquel momento, es decir, las formas tradicionales o formales, siendo una disciplina difícilmente definible: al mismo tiempo una negación y una afirmación del paradigma modernista. Decimos esto puesto que mientras que reniega de las ideas implícitas en la literatura modernista, no tiene reparos en continuar con la experimentación en cuanto a estructura narrativa iniciada por los escritores modernistas; por tanto, parte del Vanguardismo.
Anteriormente, vimos que las diferentes corrientes literarias costarricenses reportaron en su época mayores o menores aciertos en el area poetica, efectos “supuestamente” liberadores del lenguaje, la visión poética de las cosas y los hombres; afirmando de paso que liberaron la imaginación costarricense. Su carga de consecuencia alargó hasta el presente, las manifestaciones más variadas y en la curva de inserción de una gran variedad de nuevos contenidos, estableció un intervalo entre aquel ayer y el hoy, donde varias figuras de excepción absorbieron tanto las técnicas vanguardistas como las urgencias de realización política fueron creadores de un estilo personalismo, elevando al rango de clásicos de nuestro tiempo excluyendo todo lo demás
En contraparte del creacionismo iniciado por Vicente Huidobro, el ultraísmo representado por Jorge Luis Borges, y el surrealismo que aparece en algunas composiciones de César Vallejo o Pablo Neruda, movimientos estos que no se limitaron a proponer un cambio formal en el lenguaje de la poesía como base de la insegur8dad humana producida por la crisis de una sociedad dividida entre tradicionalistas y revolucionarios, la VANGUARDIA, comienza a ser atendida con inquietud por algunos de los mismos escritores afiliados a los grupos modernistas y postmodernistas. La década de 1920 a 1930 atestigua estos primeros intentos de escribir cuentos, novelas y poesía, cuyo lenguaje, técnicas y témase salían completamente del trillado despotismo regionalista. Así ocurre, por ejemplo, con el narrador uruguayo Filiberto Hernández, 1902, quien en el (19)25 inicia el ciclo de textos extraídos, por su lenguaje, completamente despojados del mismo color local de las características del Vanguardismo, es decir:
El poeta vanguardista es un inconforme, ante un pasado inservible;
por tanto busca un arte que responda a la novedad interna vivida,
apoyándose en la novedad original que uno lleva por dentro para lo que
es necesario abandonar los temas gestados careciendo
de sustancia y no responden a nueva forma de pensamiento
En algunos movimientos vanguardistas hay una marcada tendencia a hacer plástica en la coloración de las palabras, para formar la obra literaria; Mía Gallegos pertenece a ese modelo; en ella, existe un modelo que juega constantemente con el símbolo; sabiduría interior que recorre a la poeta más allá de las expectativas convencionales de las reglas tradicionales de la versificación, puesto que sus necesidades expresivas no se adaptan a formas fijas y necesitan una mayor libertad, ya que lo fundamental no va a ser lograr sonidos agradables, sino "la expresión adecuada de su mundo interior"
III
Me aferro al cuerpo
como único reducto permitido.
Carezco de sitios de ternuras y llantos.
De nuevo palpo la llama del pájaro quebrado.
Busco abrigo en lana.
He puesto mis pies debajo de las aguas
y por la presión
de mis párpados callados
sé que no soy ni siquiera una isla.
VIII
Vivir, ya he dicho:
Tener sobre las manos un fajo de papeles:
un lápiz, libros, dibujos, sueños.
El alma al descubierto
vulnerable.
Estar así. Beberse a uno mismo.
Sollozar.
Tomar el invierno para tejer
una mansión de lino
Vigilantes los senos,
escondidos en la piel.
Vibrar
Repasar las camisas, acomodar los sueños,
dejar en perfecta armonía los clavos, la canela,
el azúcar y los aromas.
Dejar el alma al despoblado,
musitar pequeños versos de Sor Juana,
olvidar castigos y derrotas.
Recordar el olor de un verano en Guanacaste.
Fruncir el ceño por placer,
sonreír por malicia
.
Vivir,
acodada entre sombras,
aniñando los ojos
y olvidar, olvidar.
Vivir,
acodada entre sombras,
aniñando los ojos
y olvidar, olvidar.
De «Los reductos del sol»
Versos sencillos, elementos comunes, un adecuado uso de la dicotomía de la palabra sin poses ni impostaciones innesarias para demostrarse escritor sensible, como ocurre en otros casos que, tan solo limitándose a la aceptación de conocer las estructuras de una corriente que viene de Europa caracterizada por una nueva sensibilidad que busca distintas formas experimentales, oponiéndose a las tradicionales; ponen de manifiesto que la esencia del escritor es serlo desde el protocolo del investigador; demostrando con ello la ausencia total de un verdadero talento.
Art Poet
Inscrita como, Mercedes María Gallegos D., mejor conocida como Mía Gallegos, San José, Costa Rica en 1953.
Poeta, periodista y relacionista pública. Presidente actual de la Asociación Costarricense de Escritoras, ACE
Premio Joven Creación, 1976
Premio Alfoncina Storni, 1977
Premio Nacional, poesía, Aquileo J. Echeverría, 1985
Premio Nacional, poesía, Aquileo J. Echeverria, 2006
Publicaciones:
El Claustro Elegido. 1989. Editorial de la Universidad Estatal a Distancia.
Los Días y los Sueños. Prosa Po{etica. 1995. Editorial Costa Rica
El Umbral de las Horas. 2006. Editorial Costa Rica
Poemas suyos han aparecido en revistas y libros antológicos de Costa Rica y España. También han sido traducidos al inglés y al francés.
Para La Coleccionista de Espejos:
Miguel Cabrera G./ Ronald Ramón Z./ Calebth Aguilar F
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