Taller de creación literaria...Don Chico

La Herencia

Rodrigo Villalobos

Con movimientos rítmicos, ella movía la alcancía de arriba abajo mientras el candadito golpeaba la caja de madera, con un sonido cíclico y envolvente, que casi hipnotizaba a la personas; generando un aire ruidoso de solemnidad y seriedad.

-Tome esos cinquitos, dijo don Enrique el pulpero, entregándole un billete rojo, que ella rápidamente introdujo en la gastada alcancía, asegurada por el pequeño candado y decorada con una descarapelada cruz roja sobre fondo blanco circular, pintada a mano al lado de la ranura de entrada. Balbuceando un –Gracias…el otro mes paso de nuevo, dijo tomando de la mano a su pequeño hijo salió.

Andando por pueblos y barrios extensos del lado sur de la ciudad, yendo de la taquería a la clínica dental, la verdulería, luego al bufete del abogado, donde todos aportaban alguito, pero siempre una rutina, convenciendo con la repetida oración religiosa del, -Recuerde que uno nunca sabe, hay que ayudar hoy por si mañana Usted es el que ocupa… lograba convencer incautos y acrecentar la limosna.

La vieja Micaela era experta en eso. De memoria, sabía la ruta correcta, por donde no pasar, a quien evadir, y con quién insistir sin presionar mucho para que aportara algo de más. Las caras de las personas, sus actitudes, sus ademanes, identificando el momento adecuado con su broche de la Cruz Roja pegado al vestido, su carné de papel emplasticado bien viejo y gastado, para mostrarlo en los momentos que algún recién llegado se lo pedía, como una figura propia del paisaje urbano de la zona.

Por supuesto que ni se acerba al puesto de la Cruz Roja de la comunidad, donde hacia mas de quince años había servido de voluntaria, por unos pocos meses, ahí fue cuando aprendió a solicitar ayudas para la benemérita, cuando se hizo del broche y de carné “oficial”.

Lo de hacer la alcancía y pintarle la cruz roja sobre fondo blanco circular, ya fue ingenio posterior. Con formalidad y parsimonia, introducía las monedas o billetes, en la ranura gastada de la caja recolectora, con el fin de infundir confianza en el donador, de que la platica, entraba a buen recaudo en una caja de seguridad, aunque la llave del candado estaba oculta en el buche, solo a la espera de llegar a la casa y abrirla, para repartir entre los suyos.

Quique creció acompañando a su madre en esas andanzas, y se volvió ducho en alertarla, por si aparecía alguno que pudiera descubrir la triquiñuela, o si se acercaba la gente verdadera de la Cruz Roja, que tal parece tenían sus sospechas, pero que no se metían con ellos. Al terminar la jornada, Quique corría donde sus amigos del barrio y los invitaba a todos a comer helados y confites, eso, mientras fue pequeño, luego a cigarros, tragos y algo mas, cuando creció la fiesta era otra. -Se aprende más con mamá en un día de trabajo, que en todo un año en la escuela-, pensaba cuando niño.

Micaela había hecho el intento de trabajar hacia muchos años, por aquí lavó ajeno, por allá aplanchó en casas grandes, en aquel lugar trató de vender empanadas, pero el negocito que se inventó le resultaba mas lucrativo y con menor esfuerzo.

Aunque Micaela trató de que su hijo no desertara del colegio, principalmente para aprovechar el beneficio del dinero de las becas; siempre dijo que la mejor herencia que le podía dejar era una buena educación, y así lo pensaban ambos; Quique desertó del colegio y se dedicó a hacer lo que sabia y bien había aprendido, nada más que a nivel más tecnológico, enviando mensajes de texto y correos electrónicos que decían:-Lo felicitamos, ha sido Usted uno de los 25 ganadores del paquete turístico que fue sorteado este fin de semana y que con todo incluido para dos personas, en un hotel de playa de su elección, puede disfrutar de un excelente plan vacacional, con la fecha que Usted desee elegir…. Solo tiene que digitar su cuenta de banco o número de tarjeta de crédito, como mecanismo de seguridad, para que procedamos a validar el premio que Usted ha ganado…, lograba engatusar a los ingenuos, que no caían en la de:-La Fundación “Salvemos al niño con cáncer terminal” le solicita un aporte económico, que sin duda ayudara a aliviar las penurias que sufrimos….., envíe su ayuda a la cuenta número 123….

Las cosas se complicaban, cuando ocupaba mas dinero para pagarle al abogado los trámites judiciales y el pago de la fianza que fijó la Jueza, para liberar a Quique, dándole casa por cárcel, y la madre no pudo ayudarlo a tiempo por enfermedad... Seis meses después estaba afuera y comenzando de nuevo con la herencia que le dejó la ruquita.