Instituto México, Costa Rica |
En ciertos momentos de la vida uno es testigo de acontecimientos que lo obligan a exclamar como en la canción que cantaba nuestra compatriota Cecilia Mitchel: " Yo no puedo callar"...
1.-
La semana pasada tuve el deseo de salir de casa e integrarme un poco a los asuntos que había sobre cultura. Confieso que en los últimos tiempos mi ostracismo se debió a experiencias horribles que experimenté al observar los aconteceres bochornosos protagonizados por algunos miembros e integrantes de la "cultura nacional”; sin embargo, disfruté de un encuentro con la narrativa centroamericana del nicaragüense Sergio Ramírez Mercado, desarrollado en el Instituto de México. El 24 de mayo del 2011. Sergio entregó La Fugitiva, novela de su autoría cuyo modelo de creación es nuestra siempre recordada Yolanda Oreamuno, y a San José de antaño como escenario principal.
Disfruté una velada sumamente agradable por esa especie de diáogo y entrevista entre el presentador, Carlos Cortés, y el autor. El recinto se encontraba a reventar. La energía del público invadió lo invadió el ambiente, y eso me reconcilió con otros eventos que se llevaron a cabo en el mismo lugar y que para mí revistieron preocupación por motivos particulares...
2.-
Tocaría después ir el 25 de mayo del 2011; al Auditorio Joaquín Gutiérrez M., Facultad de Letras, UCR, a otra grata sorpresa: el homenaje que la Escuela de Filología y Lingüística le hacia al dramaturgo y novelista costarricense Daniel Gallegos Troyo; actividad del que aprendimos una verdadera cátedra sobre el arte de la creación literaria; que como siempre pasó inadvertida para muchos creadores, en el que intervinieron entres otros Jorge Chen, Emilia Macaya, Alí Viquéz, Tatiana Herrera, María Lourdes Cortés Pacheco, y Alexánder Sánchez.
De primera entrada, Emilia Macaya, nos presentó con la propiedad, gracia y humor típica de ella, a un Daniel Gallegos desde una vida pletórica de hechos sobresalientes, de la que supo rescatar los hechos más reveladores. Después María Lourdes Cortés dio el discurso de fondo y como en otras ocasiones nos deslumbró con sus apreciaciones, conocimientos, humor y presencia escénica. Desde aquí mis más sinceras felicitaciones. Desde luego que el momento culminante de ese día se dio cuando don Daniel, obviamente integrando a su vida a su magnífica obra literaria nos hizo un recuento de lo vivido desde su tierna infancia en la muy noble y leal Ciudad de Cartago hasta el presente. Arrancando con ello, admiración, lágrimas, cariño y respeto cuando dio fin a su intervención y recibiendo por ello una sentida ovacion de pie, que él retribuyó con el mismo calor…
El día del cierre, fue igualmente de gran aprendizaje, porque la reflexiones hechas por los ponentes, en especial la de Alexánder Sánchez, quién dió cierre al homenaje haciendo una relación sobre el papel de la inter-textualidad, la visión del autor y la creación literarias desde esos espacios. En el cierre final, nuevamente Gallegos puso una tilde acentuada en la palabra humildad al reflexionar sobre las criticas hechas dando a entender que esa es la razón por la que pese a que se diaga que desaparece día a día, substite la literatura costarricense...
3.-
Finalmente, de nuevo en el Instituto de México, esta vez el 25 de mayo del 2011, Delia y yo fuimos a la presentación de libro de un amigo entrañable y compañero del Taller literario Francisco Zúñiga Díaz, Germán Hernández, quién presentaba su primera colección de cuentos.
Para mi fue todo un acontecimiento puesto que conozco a Germán hace unos 20 años y sé que ha sido un fiel, aunque con no mucha suerte, devoto de las letras. E insisto en que Narraciones Torno de una Ficción, está bien pero recuerdo trabajos de él que a mi criterio eran verdaderas joyas literarias. Y me pregunto ¿qué ha sido de ellos? Y ¿dónde esta ese Germán súper inspirado, dispuesto a tomar riesgos, fresco, innovador, entusiasta? Espero que esté por ahí todavía esperando la mínima oportunidad para reaparecer.
En este tipo de eventos siempre hay cosas positivas y no tan positivas. Lo positivo fue el discurso de Santiago Porras, muy atinado, con mesura, en cambio la intervención de Warren Ulloa fueleída con tanta rapidez que parecía una metralleta en manos de un aficionado, por lo cuál no pudimos apreciarlo. Afortunadamente dicen que se publicó en Faceboock, por lo que espero poder leerlo pronto. Otra cosa lamentable, para mí, fue la manera tan informal en que se hizo la presentación. Y digo que por más que han cambiado los tiempos, las buenas costumbres no varían y “lo cortes no quita lo valiente…”
Por otra parte Germán nos hizo brotar lágrimas a más de uno, al hacer reconocimiento público, dando las gracias a su madre, a su esposa, a William Garbanzo, a Alexander Obando, a Delia McDonald, a este servidor, y de manera muy especial a nuestro maestro y mentor: Francisco Zúñiga Díaz, don Chico…
Para la Coleccionista de Espejos Franklin Perry
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