domingo, 10 de abril de 2011

Antidio Cabal G. Voz y Palabra


Esta es una reseña. Nada más.
Como a Shakespeare, Lord Byron, Neruda o tantas otras letras, a Antidio Cabal, le conozco más a través de la poesía que en persona. Fue amigo de mi primer maestro Chico Zúñiga, según me han dicho. Ambos son agradables. Buenos en lo que hacían porque la poesía, el simple hecho de escribir, contrario a lo que algunos dicen es un don que forma parte de las virtudes teologales que nos fueron dados por los
dioses.
En eso, como en muchas otras cosas, soy panteísta.

Pasión, vigor y revelación numinosa: he aquí los signos más representativos de una poética que reúne la manifestación más contundente de libertad expresiva. Sentimiento y pensamiento vinculados íntimamente, símbolos y derivaciones filosóficas que de ninguna manera detienen la lógica del verso, diría Cal, sino que complementa una vertiente única, de sonoridad y significación, con acentos privilegiados, ácidos, sarcásticos, conformando un equilibrio inusitado; sin embargo es bueno recordar que la poesía está hecha de silencios. Y que además ese vínculo significativo representa la densidad de la imagen sonora. Ambos se complementan. La reciedumbre, la madeja evanescente de la reflexión, la certidumbre de los objetos frente a la Palabra, la existencia recupera luminosidad en versos, metáforas como tigres al bajo un sol ebrio de sensaciones.

No voy a hacer más que un comentario general de su obra;
en general, no porque sea basta sino porque me emociona su poética
y más su forma de escribir... He aquí mi lectura:


Desde sus inicios, Antidio Cabal, se erige como un exponente singular que lo mismo reflexiona sobre el sentido de la vida y de los objetos que la conforman en Palabra, un signo al que conviene descifrar, pero ¿hasta dónde es válido su alcance, su condición significativa? Si la palabra Nombra y aprehende la esencia de las cosas, ¿la vida, lo que llamamos recuerdos y cronología, ocurren en realidad? Podría ser que ¿Encontramos el concepto antes de llegar a la idea de lo que deseábamos decir? Son solo anotaciones, pero tiendo a pensar en el haz y envés, de un poeta cuyo signo de identificación es develar otras realidades, más profundas, más sensibles, más contundentes: La palabra es más densa que la roca, En Cada cosa es Babel (1966), Eduardo Lizalde

Algunos dicen que los poetas no nacen, se hacen.
No creo que sea cierto.
Es cuestión de óptica.
Sin atravesar los fuegos de la individualización la poesía permanece germen por siempre, y el siempre es la capacidad de trasmutar el numen de la palabra en algo más que una cadena cerrando la puerta antigua del conocimiento que algunos confunden con estudio y academia...

En la obra de Antidio Cabal todo se revela y se devela. Todo corresponde, fluye con trepidante majestuosidad, con calculada virulencia, la emotividad del ritmo, la cadencia musical, es el enunciado vigoroso pleno de madurez. Percepción y precisión, sensibilidad e inteligencia. He aquí, el universo lírico que no admite replicas por su contundencia. En otros momentos, bien utiliza un tono enfrentado en una cópula paradójicamente trascendental, que eriza la piel. La contradicción asume su más rotundo significado y la hipérbole rueda como una roca a punto de aplastarnos. Y el afecto se hace presente mediante la combinación del código lírico entre poesía y filosofía; donde prevalece el acento y la respiración, de no requerir un tratado filosófico para comprender las premisas y lo irreductible de la conclusión: la poetica vive en función del poeta

Este poeta nace en España, en 1925, mucho tiempo antes de que yo conociera el efecto de la poesía en mi manera de pensar. Para algunos, un poeta muy desconocido en España y sin embargo tan conocido como para tener más de una veintena de libros, publicados allá, que desde hace mucho más de cuarenta años radica en Costa Rica, siendo uno de los más capaces promotores y desarrolladores culturales del país, que incluso estuvo casado con Ana Antillón, otra poeta de evolución y Mayra Jiménez...

En su tiempo, el mundo era otro, y tal vez no se tenía la facilidad de lograr los aspes actuales de la palabra, pero siempre hubo poesía. Era el tiempo en que sonaban más Gracia Lorca, Juan Ramón Jiménez, Ramón de Garciasol, Ramón Cabanillas… autores cuya combinación de los elementos comunes con agudeza y sagacidad, plantea una propuesta estética singular, recogida a lo largo de todos los periodos de vida, donde se destaca la lucidez como un don, un estado de gracia, y sentimiento, emoción misma, que se contrapone como núcleo central: el uso de la poesía...

En términos generales, puede destacarse que el lirismo como forma de inteligencia y la sabiduría como sentido del tiempo determinan la obra del poeta que ahora me ocupa y que le valiera el García Cabrera, en 2005. En este orden de ideas la presencia del mundo deja su huella imperativa: por supuesto que la revelación surge irrebatible. Todo es fugaz. El transcurso ME duele; pero ese el mayor y mejor poder de la poesía: hacerlo a uno sentir y pensar en el tanto que vive

Antidio Cabal, tiene una obra poética excelsa;
por lo que dije al principio: el poeta no se hace, para mí, nace,
por eso conforme va envejeciendo deshoja su palabra como semillas,
sin necesidad de más preparación que el soplar de su esencia...

Por otra parte, el mito constituye una vertiente en la poética de Cabal, puesto que puntualiza que la mujer representa la esencia de la naturaleza como revelación y conocimiento estéticos. El tema único de la poesía, según Graves, es cantar a la vida, a la existencia, y ésta no se explica sin el sentido erótico-amoroso, como resalta Octavio Paz: El amor, el erotismo, es, sin lugar a dudas, una revelación, una manera de conocer y aprehender al mundo. Y esto se observa de manera fehaciente en el discurso lírico Antidio Cabal, que a través del sentido insólitamente erótico de la expresividad alcanza un nivel tan alto que nos perturba y transforma, como ocurre con el amor. En ese sentido, Octavio Paz decía que "El erotismo es un ritmo: uno de sus acordes es la separación, el otro es el regreso, vuelta a la naturaleza reconciliada. El más allá erótico está aquí y es ahora mismo… : es nuestra ración de paraíso", apunta en La llama doble. Amor y erotismo


En Cabal en cambio, la imagen poética busca revelar el ritmo y emoción, mediante la plenitud, cuyo símbolo mítico o energía primordial ofrece, indudablemente, un tema hondamente significativo en la obra del poeta español-costarricense, respuesta sentivamente volitiva, que el hombre y no el poeta ha concebido para conjurar a la muerte, cuyo ángel, a diferencia de otros, es prácticamente un ser que perturba y horroriza por las diversas connotaciones, oscuridad, muerte, aliento erótico, expresiones arquetípicas de la poetica cuyos referentes son hartamente relevantes en sí mismas: la muerte, el amor, la existencia, la mujer, la vida, perpetuidad de lo cotidiano frente a la solemnidad de lo trascendente. Más que un concepto, una metáfora, constituye el apasionado núcleo central donde se yergue su poética.


Desde Campo Nublo, el libro más increíble del mundo, una de las mejores pruebas de que el poeta, el buen poeta no necesita sobre-extender la palabra, como decía Zúñiga, recolecta elementos que uno de ve por cualquier lugar, que no lleva por todas las cromatografías del color y textura de la partitura que distribuye el mundo que nos lleva desde su natal hasta Santana, un domingo por la mañana, pero es anochecida la tarde cuando en verdad descubro que Antidio Cabal, ha conformado una obra donde alterna el orden sonoro de la imagen con la reflexión; los procesos sociales con el cántico sacro; la inteligencia con la modulada acentuación de los recursos rítmicos, bien escogidos, de manera que el efecto de la poesía, acentua y lia lirismo y reflexión, del discurso poético frente a la Historia de dos patrias que conoce bien, eslabonizando un canto donde el poeta expone su visión cosmogónica, cuatro elementos fundamentales integrados con precisión y contundencia; catacresis (catapultar el crecimiento de la crisis creativa) con aspectos metonímicos exactos, frente a la visión que paulatinamente desliza intenciones, expresiones sobre una ciudad concatenada a las circunstancias, realidad, ciertamente, contundente por su sabiduría al nivel de sentencias cuya intención es contraponerse a las profecías y a las revelaciones. La respuesta, materialista desde luego, es obvia: “Basta mirar lo que hoy ocurre” para saber que la fugacidad de las cosas, la impermanencia, el deterioro, representa el signo inequívoco de la vida; fundiendo el lenguaje en mito y leyenda, realidad y sueños, principio y recomienzo: el mundo, y nosotros con él, tiene un destino fugaz, pero placentero

La óptica desacralizada del poeta lo lleva, justamente, al verso directo, al enunciado crítico, a la poesía como acumulación de citas cognoscitivas; la dicción lírica bajo el imperio de la retórica; es decir, de la impostura. Si nada es sagrado, el lenguaje se advierte como un simple código, un discurso para exteriorizar la crueldad del mundo y la condición fugaz de la materia. Y sin embargo, no solo en este poemario prevalece el ritmo, los silencios pausados, el estremecimiento divino, los planos de significados simultáneos. Hay poesía en la misma sencillez de escribir, creación de mitos...

“Un mito es siempre simbólico; por esto no tiene nunca un significado unívoco,
alegórico, sino una vida encapsulada que, según el terreno y la savia que la nutre,
estallar en los más diversos y múltiples florecimientos. Es un suceso único,
absoluto; un concentrado cuya potencia vital es de otras esferas distintas
a la nuestra cotidiana, y como tal derrama un aire de milagro
en todo aquello que lo presupone y se le asemeja”,
precisa Cesare Pavese en El oficio de poeta…

Santana, un largo poema marcadamente narrativo, donde confluyen el mito y la realidad circundante, la voz poética frente a la expresión histórica. Imágenes estremecedoras ante el verso directo, cuya sonoridad es significativa; imágenes enunciativas enaltecen y vivifican el corpus del texto. En este orden de ideas, es evidente que el símbolo no es más que una calidad, un suceso con un valor primario único, absoluto, pero que parte de la causalidad natural cargados de significados y significantes múltiples. Los mitos, por supuesto, involucran a la Creación Poética. Poeta, Musa, Inspiración y Expresión tienen una íntima relación.

La mitografía es clara al respecto: en el primer día del mundo el logos fue hecho verbo, vers
o. Es decir que aunque el Poeta es quien da nombre a las cosas, otorga sentido a los sentimientos y pensamientos, el ser humano es quien convoca a la naturaleza y es capaz de desatar un mal viento, asumiendo a su manera la consideración inicial de que el símbolo representa la vía primordial para llegar a la verdadera comunicación, sin soslayar que poesía y amor representan una unidad indisoluble, un medio de revelación, que pasando por el ojo de una aguja asume la fugaz eternidad de la existencia, observada desde diversos ángulos, sin soslayar la vertiente filosófica reveladora de este autor caracterizado por la singularidad de su verso directo, con una acentuación inusitada, con un tono y una respiración que va del desasosiego a la reflexión, el poeta asume su papel de bardo, cuya sapiencia, expresión misma, convicción, ludismo, sucesos y versiones, re-cuenta de hechos. La exaltación como núcleo fundamental. Paulatinamente el autor va prefigurando una estética discursiva, una propuesta más del orden del significante, donde la poesía representa un acto compartido. La palabra designa el transcurrir de su Historia personal, recuperando vacíos, aunque prevalece el asombro, el re-descubrimiento del origen, la reinvención del pasado, todo ello conciliando la sencillez con la locución, la valoración del impulso que provoca el cambio expresivo, ideológico; el significante del sentido estético, el cántico con la integración substancial donde el poeta asume la condición de cronista y de escriba, de sacerdote y de amanuense. Función fluctuante; remembranza histórica revela y condensa, factible, conveniente anotación de acontecimientos re-elaborados desde la crónica memoria, sucesión de hechos; por eso, también, el registro del poeta resume la condición reflexivamente lírica de la historia y revelación; técnica y exaltación; posibilidades, intenciones, propuesta estética; con categoría artística que iguala a los grandes maestros del renacimiento…

Retomando su condición de cantor para compartir su emotividad, observo además:

1.- El desplazamiento del mundo, lo crudelísimo de la realidad, que finalmente se impone en la declaración lírica;
2.- El susurro de las cosas, los acontecimientos imperceptibles que, no obstante, repercuten en los eslabones férreos de la existencia, recuperando la visión se transfigura de lo fugaz, al movimiento continuo, eternidad, entretejiendo un entramado lírico donde la escritura testimonia el transcurso del aliento es grave, solemne, casi grandilocuente,
3.- cuyo registro del mundo, revolución y crítica es también inteligencia sensible buscando modificar la substancia de las cosas...

Compactación, "absolutamente nítido, absolutamente eficiente, para hacer del lenguaje poético un verdadero vehículo del pensamiento que en cada trazo su poesía se vuelve instrumento de conocimiento, vasta realidad contenida en el lenguaje que, como Ulises, le llamaban Nadie, el desconocido, que el demonio de los Evangelios es en realidad su nombre debería ser Legión…

Creo que este es el tono exacto para finalizar...


Para La Coleccionista de Espejos: Dlia Mc Donald Woolery

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