martes, 8 de febrero de 2011

Etnia y Cultura


Lugar, Comunicación e Identidad dentro de la Literatura Afro costarricense.

LO QUE ES SER JOVEN, DOTADA Y NEGRA[1]
LA OBRA POETICA DE DLIA MC DONALD WOOLERY
Dorothy Mosby[2]


Los años posteriores al descubrimiento de la literatura caribeña como un fenómeno intercultural que da inicio con T.S Elliot y que sigue hasta el presente con V.S. Naipol, tiene un continum referente en los países latinoamericanos, sobre todo dentro de los llamados grupos étnicos de minoría compuesta predominantemente por escritores afro descendientes, lo cual lo cual no es en absoluto un fenómeno nuevo sino una conciencia de conocimiento y acercamiento del ser humano centroamericano con su identidad cultural. Actualmente conocemos a pocos actores de ese acercamiento pero sabemos que se asientan en su mayoría en Costa Rica, país que reúne el numero mayor de escritores afro descendientes de la región, ellos, Alderman Johnson Roden, Dolores Joseph, Eulalia Bernard, Quince Duncan, Shirley Campbell y Delia Mc Donald, son la referencia más común en cuanto a literatura afro caribeña se refiere, pero es de la última de quien hablaremos en este momento, pues es quien ha presentado un desarrollo efervescente.


Delia Mc Donald (1965) es sin duda, una voz que tiene mucho que decir y mucho que explorar, cosas que no le son indiferentes: es, por si misma una mujer negra con un conocimiento claro y definido de quién es y qué es lo que se ha propuesto hacer: escribir, pero no lo hace desde el fondo del ideario contemporáneo de escritor pasional, sino comprometida consigo mismo y con su propio diseño de palabra. Para acercarnos un poco más a su literatura baste decir que, aunque su aparición en el medio literario costarricense es reciente, es muy conocida en los círculos literarios formales dentro y fuera del país, su voz poética ha sido bien cimentada a lo largo de una década mediante un buen recorrido entre publicaciones nacionales e internacionales, recitales y talleres a los que asiste y que imparte con regularidad, el cómo explicar qué y quien es ella es la parte dura de este bosquejo de ideas; dada su complejidad personal; ese es un logro que sólo Francisco Zúñiga Díaz —su primer maestro— pudo ver, pero se acerca mucho a esa condición rara que tienen algunos seres humanos de ser auténticos.
La bruja y no poeta —como ella misma se define— es una mujer que no pasa desapercibida en ninguna parte a la que asista, ya sea por su forma de vestir o por esa forma muy de ella de mirar, hablar, catalogar o guardar silencio frente a lo que entra en su radio inmediato de conocimiento y, frente aquello que no le gusta; no en balde, uno de sus textos dice:

“ tengo la terquedad de puertas al viento...” LP

definirla por tanto, no es labor de un solo texto sino de lo que ella misma permita interpretar pues, como buena maga sabe elaborar conjuros eficaces para lograr el objetivo deseado: hacer contacto entre lo que se lee y se siente en ese momento, detalle nada fácil de cultivar.

¿Bruja?

Sí, ella ha llegado al conocimiento milenario que guardaban las civilizaciones antiguas en las que la bruja no era la de mayor edad, por tanto de mayor conocimiento, sino aquella persona con un don genético para predecir el futuro y el pasado de los hombres a su alrededor y eso es algo que ella sabe hacer —muy bien— mediante una elaboración de secuencias únicas de color y memoria que, le hacen a uno saber la inminencia de un evento futuro y pasado, que esta ocurriendo cada vez, más fuerte, con muy pocas palabras, con ella. Y sí, bruja de nuevo, porque pese a ser una persona sin grandes aspiraciones con respecto a su obra, —y con ello digo que es muy accesible— su trabajo ha trascendido con un poder extraño, al punto de ser conocida tanto en México, otro país hispano hablante grande, Puerto Rico, Cuba, y principalmente los Estados Unidos, lo cual ya es un merito fuerte, porque toda esta información llega por lo que de ella se comenta como poeta y por ninguna otra referencia. Aunado a esas dos imágenes es más fácil acceder a la idea de que, la poeta, de no estar en su ámbito de trabajo literario es muy poco comunicativa, y esa es una particularidad inusual.

De forma cortamente, —porque la brevedad es una característica de la obra de Mc Donald—, esbozaremos su trazo magnético con sus primeras obras, ediciones del Café Cultural Francisco Zúñiga Díaz, El Séptimo Circulo del Obelisco (1993), Sangre de Madera (1995) para finalizar con el libro que según mi criterio marca la evolución poética de esta escritora que dará mucho de que hablar en un futuro nada lejano, porque su letra no se detiene en juntar una serie de palabras y en colocarlas en un papel sino en convertirlas en un instrumento biográfico terriblemente explícito e inquebrantable, a la vez que musical y vibrante: ...la lluvia es una piel..., MINISTERIO DE CULTURA JUVENTUD Y DEPORTES, 2000—.

Brevedad, ir al punto con lo que necesidad decir y dar a entender es una característica común en el trabajo de Mc Donald que, en contraste con Bernad y Campbell, la hace parecer simple, pero la realidad es que es poseedora de un hermetismo sutil, y un poder literario muy bien sustentado como cuando dice:

Soy ojos de semilla
llanto de carreta
dedos de árbol – fuego
para quemar los odios
SCO, Pág. 12,

Como se ve, un reto a la interpretación a la idea misma de facilidad. Este estilo es lo que podría permitir que un desconocido asumiera que esta leyendo un verso de Haruko, Poemas de Amor de Jane Jordan, y demuestra que su capacidad comunicativa subsiste el interés los elementos comunes y los magnifica con el conocimiento de una identidad cultural que podría definirse como afro caribeña, aunque toda ella —incluyendo al autor— tenga una tendencia más bien minimalista, por el uso de la teatralidad, rasgo poco común en otros miembros de su generación, los pocos elementos con los que es capaz de construir un poema, y por el uso del color con pinceladas de profundas, siempre presentes en los trazos de las letras que son explotados con metáforas bien logrados, volubles y explosivas desde todo punto de vista.
De este primer libro, 28 poemas en total, es posible extraer los estados de animo puntuales y directos, en permanente búsqueda de su identidad y sin que tiemble una sola vez su intención poética, utilizando a Guillén como punto de comparación entre dos mundos a los que llegaron los ancestros de ambos, pero siendo ella la única hablante:

Digo negro
como lo dijo Guillén,
porque él en su Cuba
y yo en la mía,
nos parecemos en la nariz de bongó
y en la herencia perdida.
Pero él su cuba
y yo en la mía
somos las voces
de las sombras que nunca cruzaron el mar
(SCO, 8)

El testimonio de Guillén, frente a su posición en Cuba, es la contraparte de la movilidad y el reclamo de los “fantasmas” de los que quedaron atrás, —vista desde Costa Rica por los ojos de otra generación— imposibilidados para aceptar la idea migración forzosa y el de la aclimatación a un mundo desconocido; la convierten en una forma de vinculo, un médium, entre diáspora y aceptación a la idea de que se encuentran en América por la memoria de los ancestros y ella, sin saber nada ni ser parte de la transferencia cultural de los unos a los otros, enlaza piel y remembranza, porque así corresponde a su palabra.

Esta conciencia de la dispersión —diáspora, según algunos— se encuentra siempre presente con diferentes matices y texturas a lo largo del libro, y se imbuye en el retrato negrista de la observación general, o en lo que E. Kamau Bratwaite, define como retórica nacionalista : “ el escritor usa África como una mascara, señal de numen. A él[la] no le interesa conocer necesariamente más de lo que ya sabe, simplemente es un deseo de conocer su pasado y establecer cambios”, corriendo el riesgo de parecer frívola, ataja su conciencia dispersa diciendo:

Ante el tiempo mis antepasados
muestran lanzas,
caras pintadas de tierra
y olvido,
puños de miseria...
Me miran
y solo percibo
que mi piel no es la misma:
¡Yo soy América!
Y ellos ya no tienen patria
SCO 17

Cuando casi suponemos que su voz es solo una señal de que su desarrollo como escritora se limita sólo a la búsqueda de sus raíces, gira y encara al lector con un sentido de femineidad sutil y a la vez fuerte, que demuestra su don profético; imposible de detener:

Soy una mujer negra
tan fuerte como el cedro,
tan fuerte con el sol
pero aun más,
soy el mar
y habré de escribir
mi nombre
en las arenas
interminables
por siempre
siempre
SCO (10)


Cuando la mira, descubre un inmenso poder creativo emergiendo de ella misma, y de ese mar que suele pintar (porque también posee ese don), que como una ola de metáforas sonoras y explosiones de símiles encaran las contradicciones normales del ser humano, “ser o no ser, he ahí el dilema”, escapismo de libertad primordialmente imaginativo que declara firmemente:

pero aun más,
soy el mar

SANGRE DE MADERA (1995)


Un año después de esta revelación, el segundo poemario, presenta su propia idea y condición de poesía; treinta cuatro poemas esta vez, que muestran un ascenso escalonado y bien cimentado entre filosofía, rebelión e introspección espiritual y creativa. Ninguna comparación es justa, pero el contraste con Sangre de Madera, es inevitable: un libro con voz propia, capaz de controlar y doblar todo aquello que no entienda como una exploración, por terrenos conocidos linaje de mujer y negra:


De pequeña madres y abuelas
desataban rituales de muerte,
orden y castidad
y mientras murmuraban
—lenguas antiguas
de honor y respeto—
recetan rice and beans.
Tías y primas
limpian la tierra de partos
y semillas congregadas en tierra,
con profecías de ruido
y tristeza.
De pequeña,
me acostumbre
al simbolismo de esferas;
colores marcados por el sol
y muchas veces,
la canción solo fue
una memoria errante.
De pequeña recé:
Señor, si es que tanto me amas,
aparta este cáliz amargo de mi...
y aun la profecía
sigue transmigrando
SM

En el preciso momento en que otros discutiríamos nuestro futuro con los dioses ella encuentra tiempo para decirles que es lo que desea de ellos, no ruega, exige y, sabe con claridad que se lo darán porque su desarrollo con respecto a la función que para otras —madres, tías, primas y abuelas— tiene el uso de los elementos de la cotidianidad, rechaza sin ambages su destino como parte de un linaje que la incorporó a un mundo del que ella reniega pues no se identifica como parte correcta de la idea de repetir una costumbre heredada y que no la llevará a ninguna parte; porque ha descubierto que su papel en la herencia de las costumbres familiares es la rebeldía y no la sumisión ante la religión, ni ante nada ni nadie, no es una de ellas, no es como ellas porque dice:

Hermana; quiero hablarte
para que te conviertas
—¡Basta! El Dios en que tu crees no es mío,
y solo diré que a veces he rezado tanto
que las palabras se acoplan a mis dedos,
por eso he dejado a tu Dios
y a sus misterios encerrados
en cada paso.
Por eso es que pateo santos,
rompo y destruyo Biblias
y hasta me parece que rezando
he creado mi Génesis, y reemplazado al mundo con fe.
¿Es tan extenso eso que no cabe en tu religión?
Ahora, ¡déjame!
Quiero que los demonios me muestren la verdad.
SM


Está, quien le habla de una manera definitiva y total, irreverente, no es la hermana nacida en su casa y a quien debe respeto, y aunque así fuera, la imposición que otros tratan de hacer ante sus designios de vida y lo que cataloga como un derecho que le pertenece en exclusiva, percute el sarcasmo, la irreverencia ante lo que otros piensen y sientan; el punto menos de su carácter pensante.

LA LLUVIAS ES UNA PIEL... (1999)


Una profecía nunca es completa sin un efecto, y eso es LA LLUVIA ES UNA PIEL..., un conjuro que demuestra la capacidad expresiva de Dlia Mc Donald y representa su potencial de palabras; ahora resulta que todo su sarcasmo y lucha contra Dios, las personas y su mundo eran una medida de sensibilidad, de defensa, que encuentra una catarsis en el enfrentamiento de los hechos, como lo haría cualquier biografía; solo que engordado con temas sobre identidad y filosofía, aunado al hecho de ser mujer y negra, (in)resueltos frente a los demás, o a quienes tratan de catalogarla como igual a todos, redefine y va más de lo que se podía esperar de ella: emite faxes de una memoria biográfica sorprendentemente trazada a lo largo de una vida fuertemente unida en el y al momento actual, este de ahora en que vive. Una forma de comunicación que da muestra de una condición superior, —evolucionada a fuerza de si misma— en la poeta que, van desde el enfrentamiento y la confrontación con la diáspora, la rebeldía que no permiten que la dominen como no es lo que debería ser y el asentamiento de sus padres en una ciudad hostil:

Nosotros llegamos a San José
cargados de ceremonias y silencios
y nos fuimos a vivir a un barrio.
Mi barrio se llama México,
Barrio México, una avenida con plazas y murmullos
una gran equis que atraviesa el Paso de la Vaca,
y los alrededores del mercado,
el Hilvano y una fila de casitas multicolores
igualmente silenciosas.

Mi casa esta en el centro.
Es la casa de los “morenos de raza”,
dicen los vecinos,
a la salida de calle 16,
avenida ocho,
diagonal a Abonos Agro
y a 25 metros de la pulpería de Don Chalo.
LP, ( 29)

Sin embargo, no le es indiferente ese hacer frente a los eventos en busca de respuestas y que se propone discutir a través de una dirección, lo más común que entrega una persona cuando se piden referencias sobre las personas, ella simplemente señala una desenvoltura que iguala los flashbacks de una cámara, que nos llevan desde el pasado al futuro y, viceversa, cómodamente sentados frente a la película que ha elegido dirigir y actuar, pues todo el texto no deja de tener una sensación de movilidad, suave, como un autobús, por un paisaje que elimina el simple deseo de soñar; ¿para qué si se esta asistiendo a una emotividad, más bien a un evento de gala controlada por la hábil mano de un hacedor de imágenes? Poco a poco asistimos a todos los momentos transcendentales en la vida de la protagonista y como ella al mapeo con el que establece la ubicación a/de todo cuando ocurre a su alrededor desde la dificultad de adaptación que supone llegar a una escuela en donde se es la única niña negra y de paso, establece las diferencias entre una cosa llamada actitud racial y otra denominada como conflicto social,
La madre de la niña
es una negra con la piel
como una lluvia nocturna de aguardiente y canela.
vino hoy y la dejó,
¿Cómo si no hubiesen lugares para esa gente?...
LP, (33)

Inmerso en los demás y un mundo que aunque no entiende ni acepta forma parte de su recorrido por el territorio que le entregan sus padres. El tratamiento de la niña que va a la escuela, un lugar que no le gusta por los eventos que vive, también muestra un nivel demasiado audaz de razonamiento y furia controlada:

A los seis años me encontró la escuela,
una galera aullante, blanca y azul,
azul y gris,
escaleras y mosaicos.

Mi maestra es una azucarera
—redonda y blanca—
vestida siempre de verde
y florecitas rojas sobre las orejas,
Ella... me sentaba en una esquina
Y tiene un gato con soles dorados sobre el lomo.
(desde entonces los odio)
y en mi rincón
lejos de sus hijas blancas
yo siempre en rebeldía
y por supuesto ya era buena coleccionando palabras
LP ( 30)

Brillantemente expuesto asume que pese a su dulzura, esa mujer cuya función es enseñar no es más que recipiente para guardar un elemento de uso cotidiano y que una vez roto, agotado o anulado será reemplazado; para no causar más dolor: en ese momento aprendió a conocer los personajes de su mundo y a saber quienes eran por como actuaban, en lugar de que se lo dijeran.


Una curiosidad mayor en ella es la de querer saber todos los porques de su mundo, ella siempre esta en un permanente estado de interrogación, análisis y cuestionamiento frente a todo a lo que entra en su campo visual y es reflejo de todo cuanto piensa. Hemos observado y anotado que su modo de señalar las cosas no ocurre por lo que digan los demás sino por lo que ella sabe y, antes de que los demás se intrometan en su vida con afirmaciones sobre su identidad emocional redefine la visión de la mujer frente al hombre, no desde el punto de vista de una relación hombre mujer sino desde los ojos de la niña que es hija de alguien que se suma como una más de sus interrogantes, lo cual es raro, porque dentro del trabajo de las tres escritoras analizadas, ninguna —salvo ella, hablan de su padre— y todas muestran un grado definido de amor y respeto por los hombres de su entorno, pero sólo Mc Donald, habla de su padre, de un modo a la vez tierno y maravilloso, pero indudablemente decidida a recalcar que necesitó más de su presencia, quizás para tratar de entenderlo y con ello al resto de los hombre a su alrededor:

Mi padre era constructor de barcos de papel moneda,
navegantes de su muelle de naipes colorados
Miraba al mundo por sus lentes
—rotos a la mitad—
y la lotería en los dedos.
El día que se fue no volvió del hospital hasta
que lo vi en una caja color ceniza.
Los encargados de guiar su alma
me dijeron que debía despedirlo
y olvidar...
De vez en cuando,
cierro la cortina y abro las ventanas
para recordarlo más humano.
LP (37)

Y al dejar que la pregunta se diluya en las respuestas que ella conoce y que no desea alterar ni externar, inmediatamente, se lanza a la aventura de explorar los verdes del caribe a través del tren, porque es eso la identificación con el destino que crea su padre; pero no lo hace como lo harían otros niños ni como lo hace su contemporánea, Shirley Campbell, sino desde la perspectiva del ritmo y del viaje mismo y la voz que emana del tren, porque se está construyendo con cada sonido

El tren es un eclipse laaaaargo
y negro,
que viene recortando nubes
para guardarse un espacio
entre el cielo y la tierra.
LP (52)

Elemental pero convincente, al igual que lo es el texto dedicado a Sonia Jones, del que se resaltaran sólo unas pocas frases, pues no iré más allá, los invito a seguir la lectura mediante su propio texto...

Cada parada es un baile de calipsos...
... los negros chepines estamos alegres con nuestra fiesta de sonrisas
... suben los vendedores atropellando los anuncios:
pan booon ... llevalleva pan boon,

pues el libro da para eso y más, pero creo es indispensable que los lectores ticos, igualen ahora la critica internacional que se hace sobre este trabajo y sepan quien es quién y qué tienen en su propio predio...

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[1] Parte de la Tesis Doctoral en literatura del Caribe, presentado por Dorothy Mosby
[2] Dorothy Mosby, es profesor asistente de la Cátedra de literatura portuguesa y española de la U. de Columbia, Ohio, Estados Unidos

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