martes, 28 de septiembre de 2010

Ricardo Martin...




RICARDO MARTIN
(1935-2009)


Para escribir un solo verso, hay que haber visto muchas ciudades, muchos
hombres y muchas cosas; hay que conocer a los animales, hay que haber
sentido el vuelo de los pájaros y saber qué movimientos hacen las flores al
abrirse por la mañana. Hay que tener recuerdo de muchas noches de amor,
todas distintas, de gritos de mujer con dolores de parto y de parturientas,
ligeras, blancas y dormidas, volviéndose a cerrar. Y haber estado junto a
moribundos, y al lado de un muerto, con la ventana abierta, por la que
llegarán, de vez en cuando, los ruidos del exterior. Y tampoco basta con
tener recuerdos. Hay que saber olvidarlos cuando son muchos, y hay que tener
la inmensa paciencia de esperar a que vuelvan. Pues no sirven los recuerdos.
Tienen que convertirse en sangre, mirada, gesto; y cuando ya no tienen
nombre, ni se distinguen de nosotros, entonces puede suceder que, en un
momento dado, brote de ellos la primera palabra de un verso.

Rainer Maria Rilke

El más joven de los escritores suramericanos, murio hace ya un año, dejando atras una labor encomiable...

No hay mucho más que pueda decir al respecto: a él no le conocó más que por la referencia de sus estudiantes. De hecho me hubiese gustado que alguno de ellos hiciera este material, y porque no quiero arriesgar hacer algo fuera de lugar, me liimito a hacer un esbozo por encima.

La historia de Ricardo Martin, "El extranjero" entre nosotros empieza, según tengo entendido, a desarrollarse en Argentina, a partir de 1966; desde el momento en que comenzó a ser parte del mundo literario de su país al incorporarse al taller de literatura dirigido por Ernesto Sabato. A Costa Rica llegó hace más de 20 años siendo ejecutivo de una oficina de publicidad, y desarrollando talleres de creación literaria

No quiero, ni puedo decir más por ahora...
Para La Coleccionista de Espejos: Gaby Sol

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Art Poet:


Ricardo Martin, Argentina, 1935. Alumno del taller de literatura dirigido por Ernesto Sábato y Augusto Roa Bastos en la Sociedad Argentina de Escritores, años 60. Primer Premio de Novela 40° Aniversario de la Sociedad Argentina de Escritores por LOS OJOS Y LA BOCA, Editorial Losada, 1970. Director de talleres literarios en Buenos Aires, años 70s. con la participación de Ernesto Sábato y Jorge Luis Borges, entre otros. Director de talleres de técnicas narrativas durante 15 años en San José, Costa Rica. Finalista del Concurso de novela Alfaguara-Clarín 2007, por LA MUJER BARBUDA, jurado José Saramago y Rosa Montero.

En el 2008 publica su obra de cuentos cortos El día que me leas.

Deja inconclusas las obras El arte de abandonar a la persona amada y Las bondades del infierno.

Fallece en San José, Costa Rica, el día 21 de Febrero de 2009.

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Textos del libro: El día en que me leas


DOS MÁS DOS
El perro iba por ahí, jodido, casi humano, y vagando por la ruta de los orines llegó a la casa de José, gracias por su árbol, de nada, así se conocieron, jodido estaba también José y preocupado estaba el perro; qué le pasa hombre, no se ofenda pero me siento como un perro, no me ofende, día frío, puede aullar para aliviarse, le parece, se adoptaron, vamos a dar una vuelta, cada uno andaba con su sombra, adónde iremos, dos más dos son cuatro, ni idea, los cuatro dieron una vuelta, ya no estamos solos, bastante útil parece la aritmética.



FUSILAMIENTO DE NARCISO


¡Apunten! Narciso se peina. ¡Fuego! Murió peinado.


ESCRIBIRÁ ACERCA DE MÍ


Llueve en el campo sobre tres mil vacas. Miro la lluvia, con nostalgia. Soy Sofía, mi abuela materna. De chica fui bastante alemana, pero eduqué a mis hijos en París para que me llorasen en francés. Todo saldrá mal. Las hectáreas serán atomizadas por la ley de herencia. Esos hijos míos dilapidarán mi fortuna en mesas de póker. Y mi nieto, yo, que no sabe nada de estancias ni de vacas, escribirá acerca de mí.




SAUCE LLORÓN EN MEDIO DEL COMBATE


El sauce llorón estaba en la orilla de un río, parece que todos los sauces llorones son ribereños, y no lloraba, claro, lo de llorón es un decir, y muy cerca de él combatían los enemigos con los enemigos, sol de primavera, lánguidas hojas, día agradable para matar, los vivos se aniquilaban con entusiasmo, entusiasmo poco compartido por los muertos, todo eso a unos pasos del inmutable sauce, sauce de sangre importunado, ramas rotas, indiferente sauce, sauce herido, y arriba el cielo mirando tanto infierno.



Psdata:
Gracias por la colaboración de:
Xiomara Rodriguéz y Marco Cañizales

Queda abierta nuestra dirección: lacoleccionistadeespejosblogspot.com, por si desean hacer alguna acotación...












1 comentario:

manuel jimenez dijo...

Ricardo vivió en Lima, Perú, algo así como un año. Vino contratado por McCannErickson, una agencia publicitaria. En seguida hizo amigos por su sencillez, bonhomía y sentido del humor. Era un hombre muy tierno y de una gran proyección creativa. Estoy seguro que de vivir, ahora estaría considerado como uno de los grandes de la literatura hispanoamericana. Lo extraño muchísi mo como amigo.

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