jueves, 18 de marzo de 2010

Cuentos afrocaribeños de la Araña Anancy y sus amigos

Carol Britton González

Este libro, igual que el mío fue incluído dentro de los libros de lectura obligatoria del MEP, cosa que me alegra mucho; porque poco a poco, hemos perdido nuestras valores y tradiciones, y creemos que todo lo sabemos, sin saber por qué.
Cuando era niña, en esta San José valle-centrista, todas las tardes de domingo, en el Sunday Scholl; me sentaba a escuchar los cuentos de Brada Anancy de boca de Miss Aida... lamentablemente, hoy los niños y jóvenes desconocen estas fábulas mitológicas; porque el tiempo ha pasado, Mis Aida, y otros Greot's duermen el sueño de los recuerdos, y eso significa que las recientes generaciones de padres y madres han dejado de enseñarl su legado a sus hijos. Libro rescata herencia que nos legan los cuentos africanos que muchos aprendimos en casa, o en las iglesias comunales, con nuestros progenitores y abuelos que eran parte de la extended family; cuyo mayor aporte es la riqueza multicultural y plurilingüista relatando la historia excluyente del acervo cultural de la población afrocentroamericana, invisibilizada sistemáticamente de los libros de texto, o siendo abordada casi exclusivamente por el capítulo de esclavitud, inferiorizado sus condiciones de vida, lo que de alguna manera refuerza los estereotipos y prejuicios hacia nuestra población.
Hace poco más de dos años, a raíz del tema Cocorí, teacher Perry, Franklin para los amigos, y yo hablabamos de la imaginería popular del costarricense que; asume que la cultura étnica no existe y que todos los escritores somos uno y lo mismo y que otros grupos sociales, no tienen nada que decir frente a la cultura hegemónica, o que tiene que ser dicho desde el punto de vista de otros, porque la producción creativa, no exista en la herencia cultural literaria generalizada, que es el reclamo de Anne Kellerman, con Historias de nunca acabar; con el que resultó que los autores, y sus amigos, interpretaron que era un ataque personal contra ellos; y no entiendieron que el sentido de la autoayuda, es precisamente preguntar para saber de los nacidos, los gestanes y los vigentes; que engloba el cuento, relatos, leyendas y canciones, como parte de una homogenización excluyente, que incluya todo el acervo actual, que al contrario de tradición oral que antiguamente fue transmitida de generación en generación mediante los grupos de mayores ha dejado de tener interés en la nueva población, para abrir portillos en futuras investigaciones al respecto. Bueno, es su interpretación. La mía es la mía, y no me importa el pasado.

Entonces, yo escuchaba los cuentos en lengua criolla limonense, cuya base es el inglés con un substrato de la lengua africana llamada Twi, me dijo Franklin; y quisimos aprovechar que además de que
es limitada la producción de literatura infantil, en América Latina, mucho más lo es la de los afrodescendientes. Solo aquí le acepto el uso de este termino, ya que por lo general yo pienso que descendemos de una escalera o de los edicios, pero en todo lo demás pertenecemos a un país con sus limitantes y derechos.
La teoría literaria, al menos cuando hablamos de autores de las etnias, se limita a un conocimiento por encima, e inventado por otros, pero no establece paralelos que vayan más alla, de lo que se ve, y no de se detine a pensar que viene siendo como elaborar un pastel, hecho de distintas capas, cuyo producto final esta cubierto por un glaseado que no permite, hasta el momento de la degustación, saber cuales son los elementos que conforman las diferentes partes de su composición; por lo tanto, solo el ojo del buen pastelero, o cocinero sabría que el espesor, la esponjosidad, la forma en que se deshace en el paladar, depende además del sazón propio de los elementos, de la mano, o instrumento que se utilice para mezclar entre sí los detalles: un vinculo que cada grupo étnico, o social, manifiesta a su modo, y de distintas maneras; alimento que se asocia a evolución, expresión de vida, estableciendóse como símbolo de sobrevivencia, y permanencia, frente a la invisibilización que enfretamos los grupos minoritarios a lo largo de los años...
Leí el libro, varias veces, y como en un pozo sin fondo, nunca tiene el mismo final.
Hice comparaciones milimetricas y sesudas entre este libro y los Cuentos de mi tía Panchita, o los Cuentos Viejos de María Leal de Noguera, y siempre vuelvo al mismo final, tienen un same made, común a una historia que nunca se cuenta; o lo que yo llamo, memoria ancestral; pues desde que el tiempo, no era tiempo, los dioses esclavos comenzaron a crear su mundo en torno a un hilo de historias que, al igual que las hechas por los griegos, sueltan una madeja cronológica que teje un hilo constructor de una identidad perdida en los albores de la historia mundial y patria.
Carol Britton G., es una músico; cuya inquietud particular por conocer más del mundo del cual desciende la hizo lanzarse a contribuir en la permanente construcción de la identidad centroamericana, y costarricense, mediante el diálogo intercultural, la visibilización, concienciación e incorporación de las oportunidades, valores y manifestaciones de las comunidades afrocentroamericanas; mediante la busqueda de estrategia conciliatorias entre un mundo y otro.
Otra clave es, el ritmo inmerso en este libro, (grande y maravilloso como una polca) el primero de la autora;(una compliación de catorce cuentos infantiles del que versan sobre El Hermano Araña y sus amigos, escuchadas en la infancia, publicado en 2008, en tres idiomas: español, formal english, y creole, leídos por Ana Iztarú, Franklin Perry, musicalizados por Manuel Monestel, y afro-etnicamente ilustrados por Augusto Silva) que salió al mercado nacional como parte de las gestiones de la Fundación Arte y Cultura para el Desarrollo, y más especificamente por el Festival de la Diáspora Africana. Aquí es necesario hacer dos acotaciones. La diásppora es el viaje de la esclavitud y su florecimiento por los lugares en donde estuvo, manteniendo siempre la visión de que ese florecimiento es el amplio desarrollo cultural de la etnia negra, y lo otro es decir, que siendo una compilación, no sería normal que ganara Premios, aunque hubiese sido lo deseable, pues ya sabemos que el espiritú de los mismos es la creación individual, y además ni antologías ni compilaciones están previstas dentro de las argumentraciones a premiar, como muchos otros tampoco ganó Premio Nacional; pero se constituye en sí mismo en un hito de la historia nacional por ser un esfuerzo continuado de Carol, por visibilizar la cultura afro-costarricense, mostrandonos que el trabajo es lo que cuenta, y que no solo del deporte vivimos o, somos conocidos los negros a nivel mundial.
El libro tiene su historia: los cuentos vieron la luz, primero por Quince Duncan, con Cuentos del Hermano Araña, 1975, después por Joyce Anglin, y Eugenio Murillo, Anancy y Limón, Premio Nacional, 2002, y finalmente con Lina Pochet, Anancy, la araña traviesa, UCR, 2007; solo que este caso, ganó un ProAartes, para su puesta en escena en escuelas y colegios próximamente, demostrando que su valor se extiende más allá de consideraciones personalistas; que además han sido sensibilizados al momento actual que vivimos, que abordando desde el inicio quién es Anancy y, especí­ficamente, los lugares dónde proviene; y cómo, por desafio es enviado a América, con los esclavos, para cuidar de los legados de los ancestros, convertido en una simple e insignificante araña, oculta en uno de los collares de las esclavas; Anancy, es hijo de Nyame, Dios del Cielo, por tanto un semi dios cuyos muchos ojos, todo lo ven y lo hacen extremadamente inteligente. Una vez, cuando el mundo era mundo, dice Jack Mantorra, Anancy descubrió que tenía un don que no era común a otros seres: el de la ilusión para engañar a otro; atributosque podemos ubicar en la costa occidental africana. Los siguientes segmentos, muestran una pincelada sobre la relación que existe entre Anancy, la tradición oral africana, y el papel protagónico que las cuentistas y los cuentistas poseen como depositarios de esa tradición. Acontinuación apuntala el enlace entre Anancy y el mito, llevándonos de la mano a la figura del ''trickster'', en este caso Anancy, como motor de los conflictos de los cuentos que protagoniza. Además, se nota el ví­nculo de Anancy con el ritual adivinatorio yoruba denominado el Ifá.

Finalmente, se señala la transmutación de la araña, en la que podemos encontrar a un ser de naturaleza ambigua, donde hombre y mujer pueden convivir en un mismo cuerpo, desarrollando todas las funciones que la mente humana permite, proceso que logró que tanto Carol, como teacher Perrry, estén escribiendo sus propios cuentos; lo cual me llena de todavía más orgullo:
poco a poco, nuestra voz llega profunda y serena, hasta el fin del mundo...
Para La Coleccionista de Espejos,
Dlia Mc Donald Woolery
Trece espejos y un marco de oro y diamantes.

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