Westfalia

Poesía
Jorge Trejos Valverde

Disculpen mi ausencia de estos días. Decidí aceptar un trabajo que encanta, pero implica viajar mucho, así que mis comentarios futuros, involucraran desde ahora, más tiempo; porque es mucho el trabajo atrasado.

Sin embargo, este mes, nuevamente, la desgracia tocó a mi puerta (ya empiezo a creer eso, de que los malos libros llegan en rachas de tres meses): nuestro tema de lectura, y creo que por venganza de alguno de los dioses, fue Westalia, poesía, escrita por Jorge Trejos Valverde, mejor conocido entre los bajos mundos del ampa, sin h, urbano josefino como Jorge TreVal; aunque según registros oficiales, nació en Zent de Limón, y creció en Turrialba, Cartago; quien en 1981, obtuvo en Panamá el Premio Latinoamericano de Poesía Solidaridad entre los Pueblo, tiene publicados los poemarios, Asco N°1 (1969); Reflexiones. (1970); Ciudad de nadie (1975); El ojo errante y otras revelaciones (1981); Bitácora de un lobo verde (1991); al igual que en antologías, separatas, revistas y periódicos del país y del extranjero. Asimismo libretos para programas radiofónicos; artículos sobre arte y temas políticos; prólogos y comentarios a libros; cayó en mis manos.

Este poeta, siempre me dio mala espina; y es porque su personalidad (bastante intersexual) misógina y bipolar (ah pero de los bravos) también es, o fue miembro fundador de El Grupo sin Nombre, de la Comunidad de Autores Turrialbeños, de la Asociación de Escritores Turrialbeños, Asociación de Escritores de Cartago; Asociación de Autores de Obras Literarias, Artísticas y Científicas de Costa Rica, (me lo aprendí porque en alguna época consideré formar parte, hasta que vi que ese y otros formaban parte) y Directivo de la Editorial Costa Rica, además de Jurado de Premios Nacionales; y los que me han seguido con anterioridad, saben que esta presentación, hecha con la elegancia de señora romanticona de los cuarenta, con rulos y redecilla pa’no despeinarse apunta a algo; y tienen razón: ¡Chara plata que gasté en inútiles tratamientos de terapia física y mental para volver a ver con normalidad!, después de esto de nuevo, tengo esa imperiosa necesidad y necedad de decir lo que pienso como pienso, porque despertaron mis demonios; y de qué forma, y como no encuentro forma más suigeneris de decirlo, lo digo tal cual; ¿Qué putas cree que está haciendo la editorial del estado, cuando publica libros como este?, ¿Qué?, pero gracias, gracias infinitas a Dios que solo editaron menos de mil ejemplares, porque sino justificar este lamentable crimen de seres inocentes para la fábrica de semejante barbarie, hubiese sido misión imposible.

No es que no tenga nada bueno que decir, lo hay, solo una, dos en realidad:

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  El libro en cuestión es un magnífico ejemplo de lo que puede lograr la ECR, y demuestra que poder es querer; excelente tipografía, elección del tema de portada, y… lo demás, es lo demás.

El titulo, como diría Dlia McDonald, (y ya sé que existen quienes piensan que es ella quien escribe estas notas, y muy de ella me ubicó pa darme mi pasada) es un quilt que en Creole, significa El este cae aquí, titulo que por su contenido desarmoniza con el resto del libro, y lo devela como lo que es en realidad: un agrupado de ideas y pretensiones histriónicas de machismo recalcitrante, sin potencia cerebral para enlazar una unidad temática difusa que traspasa y no lleva a ninguna otra parte que a una simbología de prepotencias, opción más que fácil, ideal, para alguien que es bien conocido por su poca delicadeza social, y su rudeza contra el género femenino, o contra quienes puede intimidar con su vanguardismo machista de elocuencias bobas. Texto fragmentario de conocimientos que ni de broma conoce lo que es la evolución lkiteraria y menos la de una región del país que es mucho más de lo que él dice, pero cuyos elementos de vida, floclore y color, no duda en recoger como si fueran mangos de fin de cosecha usados para dar sabor a ideas descontextualizadas de una versión más que procaz de una guerra entre los sexos que subyace dentro del egosimo típico del primitivismo de quienes creen ser escritores porque su bohemia, sus costumbres de los setentas, o su prepotencia, les indica que escribir este tipo de poesía, que por cierto no es poesía sino prosa poética, y muy mala los convierte en seres dignos antes los ojos de quienes denigran con sus actuaciones.

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  Debo admitir que la primera vez lo leí con cierta duda, porque a mi juicio ser poeta, y más uno social como pretende él, es mucho más que impresionar a los demás con un conocimiento que viene de la intimidadción, de la fobia social de poner a los demás a su nivel, expresandólo con un comportamiento agresivo y desconfiado de los logros ajenos en beneficio propio, sin embargo, me gustó mucho la dedicatoria a su Street dog, Tapin, solo ahí demostró ternura, evolución.

Tres años después,( ven lo que digo con el numerito ese) la segunda lectura me dice que sigue siendo un fósil de piedra más que bruta; lo demás del texto sigo sin poderlo asimilar, y la verdad es que tampoco quiero hacerlo; es más: felicito a los del Jurado de Premios Nacionales (Creo que uno de ellos repitió con el Colibrí Morales) que ese año se reservaron el derecho de premiarlo, y le dieron el premio a Mia Gallegos, aunque con ello nos negaron el placer de que el susocicho, al recibirlo se fuera a morir a un lotecito que tiene en alguna parte de Limón, como él mismo planteaba… A lo mejor estamos a tiempo, y si juntamos entre todos, podamos lograr el sueño, después de todo si los del LatinAmericanIdol pueden, nosotros también... solo que parafraseando un comercial de unos años atrás: NO SE LO MERECE.

La gestion de ECR fue un intento honesto, espero, por redimir la labor de los escritores, por sacar del mercado a los de siempre, pero fue una mala elección gastar tiempo en esta lectura, es lo mismo que salir con Hanibal Lecter con la piel bien lavadita y adaobada para la ocasión, y ni hablar de darle un puntaje, ahjahja, ni de broma: para mi, sobre todo la poesía debe tener la capacidad de seducción, de dar vida, entendimiento lógica a este caos en que vivimos. Aquí, más que en los otros poemarios y que son mucho más recientes, se ve un deterioro emocional y moral que da miedo, en que no hay ningún tipo de sentimiento, a menos que sea el atemorizar a los demás con la manida idea de que El Coco, de verdad existe...

Sin espejos ni quien se asuste, dejemóslo así

L. C.E