Petronio Marcenaro R
Novela
Novela
Cuando empecé la lectura de este libro, algo en él me causaba irritabilidad, solo que al contrario de La Quema de la Alcaldía de LEAN, o el insufrible (El) Día de la Tercera Revelación, esa inquietud apuntaba hacia algo en concreto que me daba vueltas desde hace tiempo: la develación de una literatura de identidades, es decir, de la del otro, en este caso de aquellos que vienen del Otro Lado de la Línea Limítrofe de este país en que todos piensan que tienen las mismas condiciones de los demás, como si la democracia también se aplicara sin ambages a la cultura, y especial a la literatura.
Este es un libro borderline, fronterizo dirían los estudiosos de un tema que recién empieza a tomar vida entre los intelectuales nacionales: ¿Qué tienen que decir por si mismos los emergentes, los marginados, desplazados, inmigrantes y miembros de los grupos étnicos; sobre todo, porque como ya dijo León Gieco: desahuciado está el que tiene que marcharse a vivir una cultura diferente...?
Y es que la literatura multicultural, ya no puede que se vaya expandiendo, porque ya lo hizo sin que nos diéramos cuenta, no es en absoluto un fenómeno nuevo. Data de los comienzos del siglo pasado y antepasado, cuando multitudes de europeos, centro y suramericanos vinieron a Costa Rica a iniciar una nueva vida, y de más atrás aún, de los cuentos indígenas cuya tradición oral se perdió con la conquista; y... puesto que los indígenas centroamericanos, dentro de los cuentan los nicaragüenses, y los habitantes del río San Juan, como lo señala claramente la identificación que el libro les da, son los únicos habitantes autóctonos de ese y este país, arguyo que los descendientes de esa otra cultura, cuyas costumbres de sobrevivencia, para mi, Marcernaro es uno de estos, logra que desarrollen un libro que nos pone en esa tercera tierra; logro nada malo para ser su primer libro.
Me queda claro, que salvo por el uso de las cacofonias, la prolijidad de la escritura, pese a los abas, y choque en mi oído, una fina linea conductual me llevó al tema que me llamaba desde el inicio; literatura escrita por inmigrantes cuyo idioma, es el mismo que conozco desde siempre y que sin embargo, no estoy acostumbrada a tener cerca de la forma en que él lo plantea: desde el otro lado del tecnicolor de la vivencia ajena, lo que me demuestra que siempre supo lo que quería decir, no se llama a engaños, conoce la otredad y su significado dentro del dominio del carácter hegemónico del pensamiento costarricense, y pone sobre la mesa, en un mantel a cuadros para que lo identifiquemos sin problema, un proceso que llevamos en la forma en que vemos las cosas donde la identidad, no representa, necesariamente una continuidad en los eventos vividos, y los eventos vividos no son lo mismo para todo el mundo; sobre todo cuando no tomamos en cuenta la otredad y los procesos inmersos en ella.
Bien, eso es lo que tengo que decir, me quedo aquí, entre Dios y la interminable corriente del río San Juan, atracando en mi propio puerto
Nueve espejos
L. C. E
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