Finales Aparentes

Warren Ulloa

¿Podría ser?, a lo mejor quien sabe… si por fin detrás de esta mano que tiene todo menos virgen. se hizo el milagro y tenemos otro Beat, entre nosotros...

Un cuento es una narración breve de hechos imaginarios o reales, protagonizada por un grupo reducido de personajes, con un argumento sencillo; pero no por eso fácil de hacer; máxime cuando estamos frente a la mano, de un escritor poco conocido entre las filas de la literatura nacional de ahí su virginidad, en el sentido de que recién esta es su primera publicación, con un estilo muy bien logrado.

Aqui hay gato viejo y ni rastros de ratón tierno, se los puedo asegurar... Finales Aparentes, es un cuentario bien definido como tal, de pequeño formato, apenas quince textos, bien escritos, con buena dicción interna, sin ruidos que ensucien una idea con otra; secuencia lógica de acuerdo a los planos integradores, que pone sobre el asador la limpieza estética, de una lectura prolongada, o desde temprana edad, de autores norteamericanos, que en muhos casos es obvio la lectura en lengua original, en su mayoría y europeos, del tipo de Eudora Welty, (1909–2001), THE OPTIMIST’S DAUGHTER, aunque ella no es probable, muy pocos en Costa Rica la identifican, como una de las pocas autoras especialistas en el tema de los finales aparentes. También es poco probable la lectura de Jack London (1876-1916), Tales of the Fish Patrol, Franklin Pierce Adams (1881-1960), Algonquin Round Table, Nicolas de Chamfort (1741-1794), escritor francés, famoso por Maximes et Pensées.

Entonces caí en cuenta que Boz, anónimo de Charles Dickens (1812-1870), y hay que ver lo que la desinhibición del anonimato permitió que sacara a flote, Robert Louis Stevenson (1850-1894), New Arabian Nights, H.G. Wells (1866-1946), The First Men in the Moon, The Time Machine, The War of the Worlds, The Invisible Man, and The Island of Doctor More, William Burroughs, (1914-1997) Desayuno desnudo, Allen Ginsberg (1926-1997) Houwl, Aullido, y Jack Kerouac, (1922-1969) grandes amantes del jazz, la espontaneidad y la extrema habilidad de ser ellos mismos quienes decifraban el mundo en que vivían; fueron probablemente los culpables del nacimiento de una visión muy parecida a la de Stanley Kubrick (1928-1999). Si a eso sumamos que a no dudar, también hay lectura de Bolaño, Kundera, y el mayor de todo ellos, no por su edad, sino por estilo único Henry Miller (1891-1980) el escritor, y artista plástico, tenemos a este joven escritor costarricense, cuyo primer libro rompe un molde que hasta ahora fue casi integro de Alexander Obando; oculto en la arrugada camisa de domingo, según Felipe Granados, dentro la nueva literatura costarricense

Desarmada, porque ¡Este Chiquito!, lo digo sin ofender, se me cruzó con las botas de frente y por poquito me pone el pie encima; no tengo empacho en admitirlo; pero si piensa que se va a salir con la suya, y que ni sueñe que me va a zancandillear: en mi defensa diré que pese a que muestra experiencia, un lenguaje que parece de metralla, con excelente logros imaginativos, y una conquista frente al susto del papel en blanco; no le doy los trece espejos, (Valor máximo de esta pagina) porque los tres últimos cuentos del libros desentonan en calidad; pero como dijo George W. Bush en medio de abucheos que lo alejaron de la casa blanca la ultima vez que lo vi: “ Well done boy...”
Siete espejos, que es también un buen numero de la suerte.

Adelante, pue...

La Coleccionista de Espejos .