Homenaje a: Julieta Pinto
Soñadora de realidades
Julieta Pinto, recibe un homenaje en honor a sus 90 años de edad, escritora, miembro de la Academia de la Lengua Costarricense y soñadora de realidades, ella, no acostumbra guardar para si lo que piensa del mundo, lo que miran sus ojos, ni lo que escuchan sus oídos afanosos por contar sus realidades. Julieta Pinto, es oído con pluma fuente, de su tintero han salido cuentos y novelas, de los cuales algunos de ellos fueron galardonados con el premio Nacional Aquileo J. Echeverría y el Premio Magón.
Algunos de sus títulos son: Cuentos de la tierra. Si se oyera el silencio. La estación que sigue al verán. Los marginados. A la vuelta de la esquina. El sermón de lo cotidiano. David. El eco de los paso. Abrir los ojos. La lagartija de la panza color musgo. Entre el sol y la neblina. Historias de Navidad. Tierra de espejismo. El despertar de Lázaro. El lenguaje de la lluvia. El niño que vivía en dos casas.
“Son veintiuna las obras que he escrito, es por eso que se han extendido hasta ahora, regrese al hogar de mi niñez, regrese a los árboles y a la naturaleza, pero no puedo retroceder en el tiempo, más que con mis escritos”. Expresa Julieta.
Para hablar de esta incansable escritora, en el día de su homenaje, doña Estrella Cartín de Guier, actual presidenta de la Academia Costarricense de la Lengua, dice: “La vejez más que un cúmulo de años, es una actitud mental, somos viejos cuando perdemos el interés y la capacidad de asombro, cuando no tenemos metas ni inquietudes y desaparece el impulso creador que nos asemeja a Dios”…
Daniel Gallegos, diserta para todos los presentes con entusiasmo,- por el hecho de ser amigo de la escritora desde hace 50 años-, con respecto a su legado literario, dice que ya es significativo a la lectura costarricense, así como sus premios y diversos reconocimientos que la acompañan en el transcurso de tan ilustre vida.
“Julieta, vivió los primeros años de su vida en San Rafael de Alajuela, finca productora de caña, ella heredo de su padre el amor a la tierra, el sentimiento de solidaridad y el trato digno, aquí con los niños de la hacienda, aprendió a escuchar los sonidos y las voces del campo, los que nosotros, los profanos de la ciudad no sabemos escuchar.
Al cumplir nueve años, se interrumpió esa niñez, para iniciar sus estudios, a nivel de primaria y secundaria, donde ella se adaptó a la vida social de su prominente familia, ella, cumplió sin duda a cabalidad con sus labores, sin embargo se volvió retraída al morir su padre, quien dejo dentro de ella un gran vacío”. Comenta Gallegos.
"Cuentos de mi tierra, fue su primer libro, dice Daniel Gallegos efusivo, “¡este libro la convirtió en escritora!”, ahí se refleja su audacia creadora, deseosa de libertad, la ambición de contar la belleza de la naturaleza y todas sus maravillosas imágenes de magia, entre mito y realidad.
Julieta, según Gallegos, es una crítica abierta a los males sociales, se revela ante la muerte, reprocha el celibato sacerdotal, es nostálgica, apasionada y sabedora de sus pasos.
Alberto Cañas, comienza diciendo: “no recuerdo un momento de mi vida, que no estuviera Julieta”. Según él, en la vida de ella, hay dos antecesores, su padre Enrique Pinto y José Antonio Pinto, Pirata Portugués, padre de su tatarabuela, los dos con gran sentido de la responsabilidad y honestidad. Es por este motivo que ella, ha escrito y da voz, a los campesinos pobres, ya que vio y vivió en carne propia sus luchas. La sensibilidad, la fuerza, de la autora se pone de manifiesto a través de la mujer en sus diferentes personajes.
Laureano Albán, el último de los presentadores de las obras literarias de Julieta Pinto, esboza características de la mujer homenajeada y deleita al público con un pensamiento, “escuchad a los niños y a los viejos atentamente, porque unos por entrada y otros por llegada, están más cerca de Dios”.
Muy atinadamente y para cerrar con broche de oro Albán, lee un poema dedicado a la escritora.
(Fragmento: Laureano Albán)
En sus noventa años
que en ella son muchas vidas.
Julieta dijo que sí…
Luego se vino a este mundo.
atrás se quedó la luz
huérfana llorando ausencias.
Pero aquí llego su honda
alegría de horizontes,
su corazón aferrado
a todas la bienvenidas,
su lucidez de muchacha
con la terquedad de sueño,
y su afición de campana
que inventa los campanarios.
Marlen Ramírez
Periodista (8617-4995)
… es gente que le cuenta a la gente lo que le pasa a la gente”
Manuel Leguineche.
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